Un carnaval de aromas

Jardín

fresias

un carnaval de aromas

EXISTE UNA AMPLIA VARIEDAD DE COLORES CON UNA FRAGANCIA SEDUCTORA. LAS FRESIAS SON ORIGINARIAS DE SUDÁFRICA Y SE EXTENDIERON AL RESTO DEL MUNDO POR SUS CUALIDADES TERAPÉUTICAS.

Las fresias prefieren los climas templados, sus flores nacen a un lado de un largo tallo. Las flores de Fresia son zigomorfas, es decir, crecen a lo largo de un lado del vástago, en un sólo plano. Cada tallo tiene entre cinco y ocho flores simples o dobles.

En la actualidad es posible encontrar fresias de diferentes colores: blanco, rosa, rojo, azul, lavanda, amarillo, malva, crema y bicolores. Aunque el color original de la especie es amarillo-anaranjado.

Estudios científicos

Alrededor del mundo existen diferentes centros especializados en analizar y evaluar los efectos de la respiración en las personas, atraídos por el incremento incesante de la insania mental que se ha instalado en las diferentes sociedades.

Uno de los más prestigiosos es el Greater Good Science Center (traducido significa: Centro de Ciencias del Bien Mayor), un centro ubicado en la Universidad de California, Berkeley, en Estados Unidos que se ocupa de investigar y difundir información sobre el bienestar social y emocional.

En diferentes publicaciones elaboradas por el Centro mencionado se promueve la práctica de la respiración consciente, para contrarrestar el estrés, la ansiedad y las emociones negativas, controlar emociones y agudizar la concentración. La clave para salir de un momento de estrés es sin dudas cambiar el foco de atención, lo cual, permitirá frenar la revolución interna de emociones desequilibradas y, a la vez, recuperar el control que muchos llaman la paz interior.

Desviar la atención hacia el proceso de inhalación y/o exhalación permite enfocarse en el momento presente, al que impulsa el método del mindfulness (atención plena).

Desarrollo

Las fresias crecen a partir de bulbos o cormos, llegan a medir hasta 50 centímetros de altura. Sus hojas son largas y estrechas, de color verde oscuro, alcanzan una longitud de más de 15 centímetros. Gracias a sus colores y el aroma intenso son ideales para terapias de relajación.

Las fresias son flores de exterior, pueden ser plantadas tanto en macetas o directamente en la tierra del jardín. En zonas lo suficientemente templadas pueden convertirse en perennes y, escalonando la siembra, se las puede tener florecidas todo el año.

El riego debe ser regular, sin encharcar; los días de mucho sol es necesario supervisar la humedad de la tierra. Cuando dejan de dar flores se recomienda descansar las papas, con poco riego, se pueden dejar en la misma tierra hasta que vuelvan a florecer la próxima temporada.

También se pueden extraer las papas y guardar a la sombra en una caja. En el período de descanso las papas comienzan a multiplicarse, por este motivo si no las extraemos obtendremos un número mayor de flores a la hora de florecer Habitualmente, se plantan a una profundidad de al menos 10 centímetros, distantes entre bulbo y bulbo. Además, conviene situar una vara al lado de cada bulbo, porque facilitará que la planta se enderece cuando vaya creciendo.

Cuidados

Las fresias son plantas muy fuertes y poco afectadas por parásitos, por lo que no serán un problema a tener en cuenta en el jardín.

Conviene que las fresias estén siempre situadas al sol, porque es la temperatura y la intensidad de la luz las que regulan la floración, la cual se produce unas ocho semanas después de la plantación.

Cuando la planta está ya seca y la tierra no tiene humedad, hay que recolectar los bulbos que servirán para el próximo año. Es importante dejarlos al aire y después guardarlos en cajas en un lugar seco, separados por colores, para evitar que éstos se mezclen en próximas temporadas. Por lo general, hay que tener cuidado de los pulgones, que son insectos pequeños que se alimentan de la savia de la planta, debilitándola y causando deformaciones en hojas y flores. Se pueden controlar con jabón insecticida o con métodos de control orgánicos.

Los ácaros son otra de las plagas que atacan las fresias, en especial, la araña roja, que puede atacar en ambientes secos. Se recomienda regar regularmente para evitar su proliferación y usar jabón insecticida si es necesario.

Por último, las babosas, caracoles y trips también atacan las fresias sobre todo por la noche, para evitarlos se recomienda colocar cebos con cerveza y/o trampas adhesivas.