"En la unión está la fuerza, en todo sentido"

JULIETA ORTEGA

La actriz, presentadora de sex,cuenta sobre su segunda temporada en el espectáculo que calienta la cartelera porteña. Además, en el mes de la mujer comparte algunas reflexiones.

Julieta Ortega, enfocada en la labor que abrazó desde niña, rodeada de focos y micrófonos, señala: “En relación a mi profesión, me encanta que no se da nada por hecho, y todo puede cambiar de un día para el otro. Esta incertidumbre con la que solemos convivir muchas actrices y actores puede ser estimulante para entregar todo”.

Sobre la obra "Sex", subraya: “En el escenario la energía te maneja a vos. Es un espectáculo abrasivo, desde la perspectiva de la interacción con la gente, y a la vez muy respetuoso de la energía de cada uno. Hay gente que no quiere interactuar para nada, que quiere solamente mirar. Y esa gente no se suele sentar muy adelante, y si se acomoda cerca, mira con cara de ‘no me toques, que no me interesa’”. Añade: “Sex es 360 grados, pero no es tan invasivo como supone alguna gente, ni siquiera en la famosa Zona Roja. Hay mucha gente que piensa que se va a sentir incómoda, y nada que ver: puede participar simplemente mirando o compartiendo la mesa con amigos”, remarca Ortega, que este año comparte travesuras y verdades sobre el sexo nacional en Palermo con Luca Martin, Juliana “Furia” Scaglione, Licha Navarro, Valeria Archimó, Sebastián Franchini y Brenda Mato.

-¿Cómo describes la obra Sex?

-Tengo un monólogo final que dice: Sex tiene texto, pero no es teatro; tiene humor, pero no es una comedia; tiene baile, pero no es un musical, y tiene música, pero no es un recital. Sex es Sex. No se explica. Se vive. Es muy difícil de explicar porque no es nada de eso y, a la vez, tiene condimentos de todas esas cosas que nombramos antes. Tiene algo de cabaret, y tiene algo de obra de teatro, y tiene algo de musical, y tiene mucho de recital. En especial los sábados, que la energía es de un recital de rock.

-¿A qué se debe la vigencia y las versiones en distintas plazas?

-Viene mucha gente que no va al teatro convencional y sabe que viene a ver otra cosa. También está el factor sexo: el sexo vende.

Históricamente estamos interesados en ver o en escuchar hablar sobre sexo; es un tema del que nos cuesta hablar en general. El show también plantea una cosa que atraviesa los géneros, va más allá de los géneros, y me parece que eso es un acierto en la propuesta de José María Muscari.

-¿Cómo?

-Sex es bastante bisexual. Ves parejas heterosexuales, y también aparecen parejas de chicas, y ves parejas de chicos, y todo eso está puesto en palabras. Y mirás cuerpos hegemónicos, y mirás cuerpos no hegemónicos. El cuerpo que puede ser deseado no es solamente el que pensamos, el que tenemos en la cabeza, y puede ser otro. Entonces, es bastante refrescante de ver y pensar.

Julieta es hija del clan Ortega, creció en la mesa de los artistas y los músicos, hasta que en un momento decidió estudiar en Norteamérica, en el Actors Studio, y compartir deshoras, despuntando los ‘90, con Al Pacino, Sofía Loren y un “persistente” Jack Nicholson.

Un amor por la actuación que fue, además, el toque de un hada madrina: “Mi mamá, Evangelina Salazar, ya no trabajaba como actriz cuando nací. Y mi papá, Palito Ortega, no era un tipo que llevara mucho el trabajo a casa. Nosotros teníamos que pedir por favor que nos llevaran a los canales o las filmaciones.

Entonces, la influencia más grande que tuvimos fue Ana María Picchio, mi madrina, fantástica actriz, y quien estuvo muy presente en nuestras vidas, sobre todo en la mía y en la de Martín, mi hermano más grande. Esa es la razón por la cual soy actriz”, recuerda.

Con los hijos,no.

“El amor romántico es frágil, requiere otros cuidados, decía Jorge Luis Borges”, recuerda Julieta Ortega frente al “amor de la familia, que para mí es muy profundo: hermanos, padres, hijos; y después viene el amor de las amigas”, aclara.

Hijo como el suyo, adolescente, Benito, con intenciones de continuar los pasos de la madre, tiende el puente duradero, amistoso, con el padre, el músico Iván Noble. “Tengo amigas que tienen exparejas difíciles, sin embargo, respiran hondo y hacen todo lo posible para que haya armonía, porque hay otra gente en el medio que hay que cuidar: los hijos. Muy doloroso. Conozco varias exparejas con chicos que se llevan muy bien, además de la mía con Iván, sólo que no es público. Y es una lástima que haya tantos ejemplos de lo contrario, porque a la gente le haría bien ver que no todo tiene que terminar en guerra”, finaliza.

En el nuevo milenio, Julieta Ortega brillaría en Disputas de Adrián Caetano, Graduados y Viudas e hijas del rock and roll, bajo las órdenes de su hermano Sebastián Ortega, sin olvidar su complejo papel en Un gallo para Esculapio de Bruno Stagnaro.

Sin embargo, el debut en la conducción en Cosmo- politan con Nosotras alumbró otra faceta que parece marcar el norte de la reconocida artista de aquella entrañable versión teatral de 2000, El cartero, con Hugo Arana.

Al respecto, añade: “Me encanta ser actriz, pero la comunicación me atrapa cada vez más. Y escribir. Hace unos años lancé con Fernanda Cohen unos libros de cuentos, tengo más material a publicar. Me apropio de todo lo que hago, si no, no lo hago, pero tengo que decir que, si me quedo con una versión mía, tal vez sea más la conductora y la comunicadora, o la productora, que la actriz, a esta altura”, comenta una de las integrantes del streaming y pódcast Las pibas dicen, que desarrolla con su hermana, Rosario Ortega, Ana Paula Dutil y Cohen.

Julieta en Sex.
Julieta Ortega junto a Ana María Picchio

-¿Qué te atrae de la comunicación?

-Las pibas dicen es el claro ejemplo de que a mí me gusta hoy hablar en primera persona. No me gusta tanto estar detrás de las palabras de otro como sucede cuando actuás. En este proyecto en las redes de Blender y en varios pasajes de Sex, soy mi propia voz y pensamiento.

-¿Qué es la amistad para Julieta Ortega?

-Todo. Es el amor más profundo. Para mí, es un amor que tiene muchas chances de ser para siempre.

Texto: Mariano Oropeza ( Especial)