"La autenticidad la encuentras en tu niño interior"
NICOLÁS SCARPINO
Protagonista de la obra "Los mosqueteros del rey", considerada una máquina de la risa en la temporada de Villa Carlos Paz.

“SIEMPRE CREO QUE CAIGO en la obra justa y que lo que estoy viviendo, es lo que tengo que vivir”, expresa el actor Nicolás Scarpino, uno de los protagonistas de la obra “Los mosqueteros del rey” la cual ocupa los primeros puestos de la taquilla en Villa Carlos Paz; un clásico del humor, el sano humor argentino, legado de Luis Sandrini. Al tiempo que agrega: “Me lo marca el termómetro (se golpea el corazón). Viene el llamado y hay algo que pasa muy adentro, que late o no”.
En esta oportunidad vuelve a trabajar en el Teatro Candilejas con Manuel González Gil, tras los éxitos de “Los 39 escalones” y “Como el culo”.
“La autenticidad la encuentras en tu niño interior. Para mí es un pecado olvidarnos de él. Por eso también elegí ser actor. El teatro es un juego. Los primeros juegos siempre son imitación del teatro, interpretación de roles para ir aprendiendo cosas sobre la vida. Actuar para vivir”, sentencia un actor que se para delante de las cámaras desde que era una de las voces del recordado Cantaniño, (programa infantil de fines de los ’70).
-Considerando los cambios en la sociedad actual ¿Por qué volver a “Los mosqueteros del rey”?
-Hace tiempo se lo pedimos a Manuel. Era hora de hacer este tipo de piezas con un humor sano y familiar. Es el momento de una obra que se pergeñó para chicos y grandes, estuvo en escena durante cinco años en Argentina y Latinoamérica, recibió importantes premios de la UNESCO por sus valores de amistad y compromiso, algo insólito para el teatro nacional. Por otra parte, se volvió un poco complicado hacer humor.
-¿Cómo?
-No se puede herir ningún tipo de susceptibilidades. Hay muy pocos materiales sinceramente que pueden reunir estas condiciones. Es un teatro que en la actualidad se destaca aún más porque nadie puede criticarlo por un doble sentido, ni malas palabras, ni ofensas. Es una obra blanca. Pura. Y eso ha hecho que funcione desde la primera función, en especial en el boca a boca, en su nueva puesta. Además, sobre el escenario hay cuatro actores muy sólidos que vienen de diferentes recorridos, y que se complementan muy bien, como pasaba con los cuatro originales.
“Cuando me convocó Manuel me dijo que tenía que interpretar el personaje de D’ Artagnan porque tiene pureza y grandes sueños; y una sensibilidad muy parecida a la mía. No siento que me haya tenido que preparar para el personaje, sino que él vino hacia mí”, recuerda el actor.
UN PAÍS DE SENSACIONES
Nicolás Scarpino se siente un vecino más de Villa Carlos Paz, plaza que rescata por congregar un público que “es la familia del país”.
“La diferencia con el público de Buenos Aires es la cercanía. Cuando vas al Interior, en cambio, la gente experimenta otro tipo de reacción porque estás en un lugar distinto. De todos modos, es una sensación de los públicos, ya que, para mí las funciones tienen todas la misma intensidad. Me siento cómodo en el Astral de la calle Corrientes como en el Círculo de Rosario”, asevera el actor que recorrió de punta a punta el país en el solidario “Poder se puede” con Facundo Arana, para recaudar fondos destinados a entidades de lucha contra la leucemia en 2010. “A mí me conmueve el cariño de la gente en general. Lo que pasa es que como uno hace lo que ama, y la gente te lo devuelve con tanto cariño, lo que terminas entendiendo es que tu tarea está cumplida. Subirme al escenario me da mucha alegría y eso es lo que transmito a la gente”.

Un momento trascendental como cuando Nicolás pedía permiso a sus padres en Banfield, Lomas de Zamora, “la típica familia italiana de trabajadores, nada que ver con lo artístico, salvo mamá que le encantaba cantar y tocar el piano”, y a los 15 años tomaba colectivos y trenes para participar de cuanto casting apareciera en la cartelera.
“Nadie me regaló nada”, piensa en el camino que lo tuvo en interminables temporadas con Emilio Disi, Facundo Arana y Flavio Mendoza, sin dejar de aparecer en los prime time de Polka, “Eso puede ser que a la larga se valore tanto personalmente como en el ambiente artístico. Miro hacia atrás y me despierto con gratitud. Sobre todo, en este momento que vivimos con tantas incertidumbres. Veo mi presente y me siento muy afortunado porque sé también el esfuerzo que implicó llegar a donde estoy”, cierra Scarpino, que también dirigió en teatro espectáculos como “Un estreno o un velorio”, líder de taquilla en 2020 en Córdoba
-¿Utilizas la equivocación cuando trabajas?
-Cierto. La obra además de los puntales de la amistad, que fue lo que más destacó la UNESCO, promueve la construcción del lazo humano a través del error. En el error están los aciertos. Equivocándome voy a aprender. En la vida no reniego del error.


A LOS CUATRO VIENTOS
La historia de amor de Nicolás y Sergio, quienes se conocieron cuando Scarpino asistió a una obra que trabajaba Paglini en 2009, explotó en notoriedad con su casamiento en 2015. Sirvió de ejemplo para la sociedad en los albores de la marea multicolor. Scarpino confiesa que “me da mucho orgullo que nos tomen como referencia. Para mí no fue fácil, ni lo imagino para las generaciones anteriores. Sergio me dio todo, es la alegría de poder gritarlo a los cuatro vientos, y por otro lado, la responsabilidad de comunicar, de manifestar lo que es el amor. Que no tiene sexo, que no tiene forma, que no tiene edad. Que la homosexualidad no es una enfermedad. Nadie me hizo jaque, algo que me aterraba porque pensaba que podría incidir en mi trabajo. Y eso, ahora que lo pienso en perspectiva, tal vez sea la respuesta a cómo en mi carrera traté a todos con respeto”.
Texto: Mariano Oropeza ( Especial)