“Una manera de aliviar el peso de la realidad es a través del humor"

  ANITA MARTÍNEZ

Una de las capocómicas elegida por la familia argentina. Con éxitos en teatro y televisión, esta temporada con "humor para toda la familia" hace bailar y reír  a la platea con la misma frescura que regala en cada sonrisa. Una risa que sana.

Madre, actriz y capocómica pero antes que nada, madre. “Elegimos Villa Carlos Paz porque

es uno de los destinos que eligen las familias en Ar- gentina. Nuestro trabajo es apto para todo público”, adelanta la figura del humor argentino en la senda trashumante y popular de Niní Marshall y Ana María Campoy.

Para quienes hayan visto su pequeño clásico del teatro nacional, más de una década con “Histerio- Tipos”, saben que la lengua karateca de Martínez no deja títere ni prurito con cabeza. Desde la molestia del roncar a las incomodidades de la moda, los vínculos vuelven en el gran hilo del unipersonal “Humor para toda la familia” en el Teatro del Sol I.

-¿Es la primera vez que bailás?

-Esta es la primera vez que en un espectáculo mío puedo bailar (bailarina y actriz fue antes en espectáculos ajenos como “Cats”, en 1993, o en las puestas de Flavio Mendoza); porque además escribí el guión. Para bailar trabajé con Maia Roldán, una de las mejores coreógrafas, y armamos una escena musical de una pareja donde uno de los dos no sabe manejar. Es muy divertido porque la pelea ocurre bailando.

-Además de novedades ¿me imagino que los personajes clásicos de Anita no faltan a la cita serrana?

-Incluimos otros personajes familiares entrañables que siempre decían las grandes verdades. Y, claro, uno de mis personajes más pedidos no puede faltar, el abuelito gruñón, ¡Adelmar!

Resulta una sensación muy tierna y hermosa haber sido parte de la vida de tanta gente y que aún lo agradezcan. Me sorprende que me reciten de memoria chistes de hace 30 años”, admite la actriz que luego hizo ficción televisiva con Facundo Arana, Hugo Arana y Osvaldo Laport; y teatro con Jorge Guinzburg.

-¿Qué dejó por la carrera?

-Nada de nada. A Lorenzo, Lolo, lo llevé a mil horas de grabación y ensayos. Ahora que es más grande puede venir, o no, incluso actuamos juntos en alguna obra de más chico y lo dirigí en un infantil con Silvina Escudero. Me resultaba terrible dejarlo e ir a trabajar porque mi sueño era acompañarlo en todo momento. Fuí la mamá que iba a todos los actos, hacía la tarea con él, y me fui con Lolo al viaje de egresados. Y nunca quise perder nada de su vida porque aprendo de él. Además, tengo un solo hijo.

-¿Qué aprendes de Lorenzo?

-Mi hijo me confirmó la capacidad de maternar. Antes maternaba todo tipo de animales, amigos y padres; y ya sabía que tenía la posibilidad de ser madre pero mi hijo lo llevó a otra dimensión. Lolo me enseñó a conducir esa maternidad real. Eso le agradezco. Además, porta una paz y una templanza que no poseo. Es lo centrado que no soy. Mi hijo me ayudó a despejar muchas cosas en mi vida.

“Soy una persona que agradece todos los días. Para mí es un regalo hacer esta entrevista, abrir los ojos cada día, tener trabajo, y a mis familiares sanos. Me parece que a veces uno se queja mucho y ve poco lo que tiene”, refuerza Anita, ganadora de dos Martín Fierro.

-Con una carrera de 30 años de trabajo ininterrumpido ¿qué es el éxito?

-Mi hijo, mi trabajo, la familia, la huerta, mis amigos. Estas son las cosas que me definen como una mujer exitosa. Ahora, por lo demás, cualquiera es famoso haciendo cualquiera. Muchas de las personas que buscan la fama a cualquier precio terminan sufriendo. Siempre pensé que no hay éxito sino hacer las cosas lo mejor que se pueda.

EL HUMOR, EN SERIO

“Es una pregunta recurrente que nos hacemos nosotros los humoristas”, admite la especialista, Anita Martínez, y se explaya sin tapujos como lo hace arriba del escenario: “La ola feminista ha venido a llevarse mucho de lo que estaba mal pero no hay que barrer con todo. Claro que hay que ser cuidadoso a la hora de qué contar y a qué ponerle un stop. Ese stop viene con el respeto. Pero en el humor hay diversidad. Los argentinos tenemos tantos tipos de humor que debemos ser muy cuidadosos en qué censurar o cancelar”, sentencia la actriz que asegura que actuar en Córdoba, cuna de humoristas y de los públicos más exigentes con quiénes hacen reír, “es como competir en la Premier League del humor argentino”, completa Anita Martínez.

-En algunas etapas puso un freno, como en la gira con la casa rodante de títeres, ¿por qué parar?

-Decidí parar porque no quería estar siempre pedaleando y pedaleando. Paré cuando quise estudiar títeres o yoga. A mí me gustan los desafíos y quedarme en la cómoda no es el plan.

El ejemplo de cómo encarar las dificultades y salir adelante es tu legado para tu hijo.

-“Motu proprio” -movimiento propio-, ¿cuánto te representa la frase?

-Trato de impulsar las cosas siempre a través de mí. Uno a veces, para no ser juzgado, hace lo que hacen los demás. Pienso que cuando uno va por la suya salen grandes cosas.

PARA LA MALARIA,LA RISA ARGENTINA

Sin humor no podemos vivir. Esa es la receta que aplica Anita Martínez en la lucha diaria. “No olvidemos que una manera de aliviar el peso de la realidad es a través del humor y de la diversión”, advierte la actriz y bailarina de alta aceptación del público y crítica en “Humor para toda la familia”, nuevamente candidata a premios en la temporada de Villa Carlos Paz.

Texto: Mariano Oropeza (especial)