Aventura
LOS MEJORES DESTINOS PARA PRACTICAR RAFTING
En cada punto cardinal de Argentina hay destinos exclusivos para hacer rafting en sus diferentes niveles de complejidad. La actividad desarrolla muchas habilidades colectivas.

CADA BALSA VA LIDERADA POR UN GUÍA ESPECIALIZADO
En los últimos años, la práctica de rafting se ha expandido en Argentina, sobre todo, en el ámbito del turismo aventura.
La actividad consiste en descender por ríos rápidos, en una balsa neumática con capacidad para 6 y 8 personas, guiados por un profesional en el rubro que indica las acciones de cada integrante.
Amén de la adrenalina que genera, en general es un ejercicio con beneficios a nivel físico y conductual, es decir, demanda resistencia y coordinación grupal.
CONSIDERACIONES GENERALES
La geografía de nuestro país es muy apreciada por locales y extranjeros para realizar este tipo de actividades extremas, principalmente porque los ríos con las características adecuadas para hacer rafting ofrecen distintos grados de dificultad. No obstante, a nivel mundial está definido del 1 al 6, la dificultad mayor es el número más alto.
Los ríos rápidos tienen la particularidad de tener una pendiente pronunciada (en una parte de su cauce) generando un incremento en la velocidad y la turbulencia del agua a medida que desciende.
En este sentido, la época por excelencia para disfrutar del rafting es en época de deshielo y en verano cuando se abren las válvulas de los diques. Más allá de esto, la actividad se puede realizar todo el año en ríos específicos.
¿Qué deja de bueno el rafting?
La práctica de esta actividad que tiene cierto riesgo aporta varios beneficios a la salud. El hecho de corresponder las ansias de aventura ya es un valor importante.
Permite canalizar las energías, sobre todo la adrenalina, por consiguiente, reduce el estrés.
Se practica al aire libre en contacto con la naturaleza, con el plus de descubrir sitios remotos de mucha belleza que aporta un bienestar integral, sobre todo mental.
El esfuerzo para salvar la velocidad de la pendiente favorece al fortalecimiento de los músculos y a la vez, es un ejercicio cardiovascular muy bueno.
En otros planos, el rafting desarrolla el trabajo en equipo y la unidad de un grupo, por ejemplo, familiar, laboral o de amistad.
En este sentido, es válido agregar que algunas empresas tienen la costumbre de aprovechar estas travesías para consolidar determinados áreas de trabajo porque facilita el hábito de la comunicación eficaz y coordinación del rol de cada integrante.
DESTINOS RECOMENDADOS
En el podio de los ríos rápidos en Argentina, el más conocido es el río Atuel en Mendoza. Está en el primer puesto porque ofrece tramos de diferente dificultad que lo hace accesible a todo público, sin experiencia previa. Ideal para principiantes. El trayecto completo tiene 16 kilómetros, hay excursiones que realizan 6 kilómetros y otras 10. Cuenta con trayectos de dificultad 1 a 3.
En segundo lugar, el río Aluminé en Nequén, es otro de los favoritos de los amantes de la aventura. Es bastante caudaloso, nace en una zona de bosques en plena montaña y desciende hacia la llanura con bastante rapidez; en su recorrido hay tramos de dificultad 2 y alcanza a una complejidad de grado 6.
El tercer puesto es para el río Juramento en Salta. Para arribar al cauce se bordea la represa de Cabra Corral hasta el cañón del río Juramento.
Los entendidos coinciden que es uno de los mejores lugares para hacer rafting en Argentina y el recorrido es de alrededor de 12 kilómetros.
En definitiva, en Argentina se encuentran muchos ríos que ofrecen la posibilidad de practicar rafting, es importante recordar que al ser una actividad de riesgo es fundamental el asesoramiento previo y practicarlos con guías especializados.
Sobre el Rafting
El rafting es una actividad de aventura con ciertos riesgos, apto para todo público. Es una práctica en contacto directo con la naturaleza que permite conocer sitios recónditos y/o poco accesibles de alta belleza.
En concreto, el rafting se practica en ríos conocidos como rápidos, que tienen la particularidad de tener en su recorrido pendientes de distinta profundidad que provoca que el cauce incremente la velocidad en su descenso.
Los ríos se clasifican en niveles de dificultad del 1 al 6 siendo la menor dificultad el 1.
Los especialistas recomiendan practicarlo en época de deshielo en primavera, o con la suelta de agua para el riego de los embalses en verano.

Texto: Andrea Soria