“Actuar es mi amor impostergable"
EMILIANO KACZKA
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El actor vive a pleno el regreso por partida doble en televisión y teatro. Es el hermano mayor del conductor,Guido Kaczka; regresó a la actuación con la seguridad de transitar cada desafío que le presenta la vida.
La verdad es que estoy muy sorprendido por el interés que despertó mi regreso”, confiesa Emiliano Kaczka, uno de los miembros de la familia de la televisión de los ‘80 y ’90.
Este año volvió por partida doble, en la serie “El sabor del silencio” y en teatro, en “...Sólo brumas”, en calle Corrientes - desde agosto en El Tinglado, los sábados a las 22.30-.
En el presente, destaca el actor: “Disfruto el cariño inagotable de la gente y de la buena respuesta de mis colegas. Estoy disfrutando una enormidad. Si bien sigo ejerciendo como abogado, todas mis energías están en la actuación”.
-¿Fue difícil la decisión de dejar el medio artístico en 2001?
-Claro (pausa). Tenía que tomar distancia después de haber empezado tan chico, laburé sin parar casi 20 años en televisión, pero fue bastante duro pasar de cien a cero. El actor cuando se va es una situación donde queda en cero. En ese momento realmente fue duro, ya que, había comprado un departamento y tuve que alquilarlo porque no tenía ingresos y volví a vivir a la casa de mis padres. No quiero victimizarme, ya que, fue duro para todos en Argentina, pero me implicó un cambio enorme que hizo que me dedicara al Derecho.
-¿Cómo lo superó?
-Con herramientas psicológicas, espirituales, autoayuda, y el autoconocimiento. Todo lo que tenía a mano para no caer en lugares de los cuales después es muy difícil salir. También pude reconvertirme a medida que la vida fue avanzando.
Este camino con final abierto de Emiliano se inició en Moreno, en una familia de clase media de cinco hermanos; su padre fue vendedor y su mamá aficionada al teatro. Analía, una de sus hermanas, lo llevó a un casting en 1982. Apenas terminó la audición el productor avisó inusualmente a la familia Kaczka que Emiliano quedaba seleccionado porque no tenían teléfono fijo. Su apellido así quedará ligado a una generación que determinó la televisión que se vendría. Adrián Suar, Julián Weich, Gustavo Bermúdez y Pepe Monje en “Clave de Sol”, y antes, Pablo Rago, Leo Sbaraglia, Cecilia Dopazo, Federico D’Elía y Viviana Saccone en “Pelito”; algunos de los nombres pesados que compartieron horas y horas de grabación con Kaczka.
“Mi personalidad se formó más en los años ‘80”, admite el actor que después en los ‘90 fue parte de la escudería de Canal 9 dirigido por Alejandro Romay.
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-¿Qué cambios observa en esta vuelta al medio?
-La esencia del trabajo no cambió. No me referiría al medio como artístico, es decir, antes existía una sensación de pertenencia que hoy no veo, lo cual, es bastante triste (pausa).
Habla de la falta de continuidad del trabajo que tiene mucho que ver a cómo se estructuró, con muchas series en plataforma, que tardan mucho en hacerse y, además, mucho en salir. Se perdió el lugar de pertenencia que generaban los vínculos más ricos entre los actores, directores, guionistas y técnicos.
-¿Y cómo se siente entonces en este regreso?
-¡Siento como si me hubieran estado esperando! Es gratificante volver a un lugar donde te aman.
“El método Kominsky terminó de reconfigurar mi deseo de volver. Y lo increíble es que empezaron a llamarme pos pandemia. A mí el encierro me sirvió para centrarme en mis deseos”, destaca el actor que se encuentra rodando una serie en Jujuy, además de las funciones los viernes en Buenos Aires, y que aguarda el estreno de la serie con Daniel Hendler “Los Mufas”.
EL GRAN REGRESO
En las salas de ensayo del maestro Raúl Serrano, el joven ídolo televisivo, Emiliano Kaczka, soñaba con papeles de la densidad y los profundos sentidos de Tato Pavlovsky. Pasaron casi 40 años y Kaczka presenta “Sólo brumas” en el céntrico Teatro Belisario, los viernes a la noche, y en compañía de Guillermo Alfaro, Victoria Aragón y Paula Cantone. En una experiencia absurda y absolutamente comprometida, a partir de un vergonzoso hecho real en Tucumán de los años 2000.
El actor compone a un Eusebio que pelea por algo de humanidad ante tanta atrocidad. “Es difícil dar un sentido a los textos de Pavlovsky. Porque justamente este autor rompe esquemas con el absurdo. Son personajes que viven en condiciones opresivas y tratan de rescatar su dignidad, a través de sus historias personales, y la interacción entre ellos”, señala el actor en su debut en un teatro alejado de la comicidad. “Me interesan los desafíos. Y para mi regreso al escenario encontré algo diferente a lo que había hecho en teatro. A mí me encanta desaflarme como actor y siempre soñé en representar este tipo de obras complejas”, cierra Emiliano.
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-¿Cómo tomó la familia la vuelta?
-Las nenas decían que me había vuelto loco. No tenían ni idea de quién había sido Emiliano Kaczka. Y mi mujer temía que descuide la abogacía, que también me había costado consolidar. Me apoyaron de entrada, pero miraban con cierta preocupación. Hoy ya confían más en mi volantazo.
-Con su experiencia ¿desea que sus niñas continúen su profesión?
-Como padre siempre acompaño el deseo de mis hijas. La mayor, Lara, se interesó, filmó una publicidad, pero un día dijo que no le gustaba. La más chica estudió teatro y siempre va a casting. Tengo una linda mirada del actor más allá de lo que pude haber perdido. Amo actuar.
Texto: Mariano Oropeza (Especial)